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Remembranzas

Tomaba clases en la Vocacional 2 –que en 1968 se encontraba todavía en la calle de Tres Guerras, entre Manuel Tolsá y General Prim, a media cuadra de la emblemática Plaza de la Ciudadela–, acudí ese lunes 22 de julio sin imaginar lo que me deparaba el día. Todo comenzó con el revuelo que causó entre los estudiantes la noticia de que un compañero había sido golpeado por alumnos de la Prepa Isaac Ochoterena, que estaba a un par de cuadras, en la calle de Lucerna, supuestamente para defender a una de sus compañeras; por lo menos esa era la historia que circulaba por los pasillos.

A media mañana un grupo salió de la voca a buscar a los preparatorianos para hacer “justicia” y, a partir de ahí, se desató una trifulca callejera que se alargó durante varias horas. Al día siguiente, en principio, se repitió la escena, pero los comerciantes de las calles de Bucareli, General Prim, Abraham González y Lucerna llamaron a la policía para evitar cerrar sus negocios una vez más, y entonces llegaron los granaderos.

Los alumnos de la prepa, prudentemente, se retiraron. Pero los de la vocacional se dieron un fuerte agarrón con los policías. Mientras éstos últimos usaban gas lacrimógeno –afortunadamente no funcionaba porque los cartuchos estaban vencidos– y toletes, los estudiantes usamos palos, piedras, trozos de varilla que nos daban en una construcción cercana y hasta botellas de Orange Crush robadas de un camión que pasó por ahí.

Así comenzó lo que se conoce como Movimiento del 68, que se alargó hasta el 2 de octubre, terminando de manera fulminante con los acontecimientos de aquella noche en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, cuando el Ejército reaccionó a una agresión que provenía del Edificio Chihuahua, donde se encontraban los dirigentes y oradores de la manifestación.

A lo largo de esos escasos tres meses, desde el 22 de julio hasta el 2 de octubre, tuvieron lugar acontecimientos inéditos en México. Hubo varias manifestaciones muy concurridas, una de ellas en el aniversario de la Revolución cubana, en la que los estudiantes se encontraron sin querer con integrantes del Partido Comunista en la zona de la Alameda. Otra más la conocida como la manifestación del Rector. También la llamada Manifestación del Silencio, en la que lograron que el contingente completo no hablara en el recorrido desde el Museo de Antropología e Historia hasta el Zócalo de la Ciudad de México, el cual consiguieron llenar.

Hubo otros sucesos inéditos, como la persecución y sitio de estudiantes en la preparatoria ubicada en el edificio de San Ildefonso, tras varios días de protestas y enfrentamientos en la zona centro de la capital, exigiendo, entre otras cosas, la liberación de los detenidos.

Lamentablemente, un movimiento que en su origen fue de jóvenes estudiantes fue poco a poco infiltrado por activistas y operadores de diversas organizaciones políticas. Ya para septiembre había perdido ese carácter de protesta estudiantil para adquirir uno político de izquierda.

Al conmemorar estos acontecimientos es importante escuchar a quienes los vivieron, que pueden relatar sin ningún interés, respetando los hechos, para saber bien a qué y a quiénes honramos o no.

Así sea.

X: @benortega

jl/I