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Carriles para las bicis, un objetivo

CONFLICTO. Los vecinos de la avenida Marcelino García Barragán acusan que la obra generará caos vial en la zona. (Foto: Alfonso Hernández)

Lo que está ocurriendo en la avenida Marcelino García Barragán es apenas el primer efecto de reducción de calles en la ciudad, ya que el Plan Maestro de Movilidad no Motorizada prevé recortar carriles a más vialidades para habilitar infraestructura ciclista y peatonal. Aunque no especifica número, fechas o montos, establece las bases técnicas para que eso suceda.

De acuerdo al documento de 270 páginas publicado en 2013, el viraje en materia de movilidad para la ciudad contempla disminuir el volumen de vehículos en circulación, reducción de velocidad en los mismos para evitar accidentes graves, redistribución de los espacios para las bicis y peatones e instalación de infraestructura segmentada para la bicicleta.

“Con la eliminación de un carril de circulación general se dispone de un espacio suficiente para un carril ciclista en un lado de la vialidad, por ejemplo, una vialidad de cuatro carriles puede ser modificada para tener un solo carril vehicular en cada dirección, un carril central para dar giros a la izquierda y carriles para ciclistas”, indica el plan maestro.

“Antes de implementar la medida, se debería realizar un estudio de impacto vial para identificar los efectos generales del tráfico en el ámbito de influencia”, especifica el documento, lo cual no ha ocurrido en el caso de García Barragán.

Esto se desprende de la pirámide que figura en el modelo de movilidad en el que el que tiene prioridad, en teoría, es el peatón, después el ciclista, transporte público, vehículos comerciales, taxis, autos con varios usuarios y en el último nivel los autos con un solo pasajero.

De ahí que una de las principales medidas sea estrechar carriles vehiculares para adecuar ese espacio para ciclistas, como está ocurriendo actualmente en Marcelino García Barragán, lo que tiene molestos a usuarios del auto.

Sin embargo, además de estimar un aumento de ciclistas se espera relajar el tráfico para reducir los accidentes y su letalidad. Actualmente, en Guadalajara mueren 50 ciclistas arrollados en promedio al año.

“La probabilidad de que un ciclista o un peatón muera atropellado por un automotor se incrementa de manera significativa conforme aumenta la velocidad del vehículo. Los usuarios más vulnerables sobreviven cuando son atropellados por un vehículo que circula a 30 kilómetros por hora, mientras que la mayoría de los que son arrollados a 50 kilómetros por hora o más fallecen”, justifica el documento.

“Si se le brindara mayor atención a la tolerancia del cuerpo humano durante el diseño del sistema de transporte, se podrían disminuir drásticamente algunos daños al momento de un accidente: que no resulten en lesiones graves o en muertes, a eso se le llama visión cero, que consiste en que no haya ni una muerte más a causa de accidentes viales”, agrega.

 

HJ/I