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Ecofeminismo pacifista

En muchos conflictos armados está documentado el rol que han jugado las mujeres para frenar las hostilidades, no porque sean más pacíficas que los hombres, sino porque siempre han sido ellas las más afectadas. Frente a la crisis ecológica actual, que no es otra cosa que una guerra contra la naturaleza, nuevamente son las mujeres quienes alzan la voz para exigir a la humanidad: ¡Ya basta! De las múltiples luchas para revertir el deterioro ambiental, el Ecofeminismo (de Alicia Puleo, Vandana Shiva, Yayo Herrero, Mary Mellor, Petra Kelly...) se propone entrelazar feminismo, ecologismo y animalismo para hacer las paces con el planeta y denunciar las prácticas neocolonialistas que sostienen el desarrollo tecnológico capitalista. Esta manera de pensar los vínculos que nos unen a la Tierra y al resto de especies es una forma más profunda de plantearse las relaciones entre feminismo y ecología. El feminismo logró demostrar que la “naturalización” de las mujeres ha servido al patriarcado para legitimarse y la Ecología nos ha enseñado a pensar la Naturaleza en términos de ecodependencia. Pero no se trata simplemente de un feminismo ambientalista que usa racionalmente los recursos o demanda derechos para un entorno saludable.

El Ecofeminismo es una redefinición global del ser humano en clave feminista que busca superar la epistemología dualista del patriarcado que separa y jerarquiza (naturaleza y cultura, materia y espíritu, tradicional y moderno...), resiste los antropocentrismos que niegan derechos a la Naturaleza, critica el extractivismo que explota los bienes comunes de la humanidad en beneficio de unos cuantos (extractivismo que está utilizando los úteros de las mujeres para producir creaturas humanas amparándose en eufemismos como la “maternidad subrogada” o la “gestación sustitutoria”), lucha contra la biopiratería y las patentes del material biológico, se posiciona en defensa de las semillas sin transgénicos, considera que árboles, montañas y peces deberían estar representados en los congresos, asume principios de la Agroecología para mejorar la calidad de los alimentos, toma en cuenta no solo lo que se produce, sino cómo y para qué se produce, se propone revertir la cultura jerárquica que valora unas vidas más que otras, afirma que lo corporal no se agota en el sexo o la reproducción, plantea que la degradación de la Naturaleza está asociada a la marginación de las mujeres, sostiene que nunca podremos regenerar la Tierra si los hombres no compartimos con las mujeres las tareas de la subsistencia.

La Naturaleza es fuerza autocreadora, es Pachamama. Las luchas pacifistas deben ir de la mano de las luchas ecologistas pues ambas forman un solo cuerpo teórico y práctico. La calidad de vida no estriba en el consumo, sino en la armonía entre individuos, pueblos y Naturaleza. Si queremos cuidar nuestra casa común debemos ser el cambio que anhelamos: cooperar, abrazar, compartir…. Revisar nuestras formas de vida con base en el respeto a la Naturaleza que sostiene la vida. Tomar en cuenta que las necesidades humanas debemos satisfacerlas en un planeta limitado. El Ecofeminismo es la conciencia ecológica y social del feminismo pacifista del siglo 21.

Nota: Tierra, Naturaleza y Ecofeminismo se escriben con mayúscula para enfatizar la relevancia que les atribuimos.

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