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Agua virtual y política

Recientemente y de modo constante hemos escuchado promesas políticas para llevar más agua a las localidades. Sin embargo, esta promesa no se puede cumplir, sencillamente porque no hay más agua. Hacer más eficiente la captación y la distribución es una obligación para que el agua alcance para todos, pero no se puede aspirar a tener más agua.

Jalisco se ubica en una de las cuencas más seriamente amenazada por su excesiva contaminación y sobreexplotación: la cuenca Lerma-Chapala-Santiago. Atraviesa por cinco estados de la República y dependemos de lo que ahí se haga o deje de hacer con el agua.

Los usos y la irresponsabilidad industrial, agrícola y urbana de la cuenca deben cuadrar con las promesas de quienes aspiran a gobernar. Esto es exigir a los políticos que acuerden con los otros estados que se reestablezca la salud integrada de la cuenca haciendo cumplir las leyes, hacer crecer la ética de uso y conectar con los problemas venideros.

Recientemente se han publicado investigaciones acerca de la gran demanda de agua provocada por el uso de aparatos y las plataformas de inteligencia artificial. Es decir, de la relación que guardan las plataformas conectadas a Internet (las de consulta, las de entretenimiento, las redes sociales digitales, los teléfonos inteligentes y demás aparatos que hacen uso de la llamada inteligencia artificial) con la escasez de agua en ciertas localidades de México y los conflictos que esto ha generado. Además, estas tecnologías han multiplicado los requerimientos mundiales de energía, de ahí que se tenga en mente su claro impacto ambiental.

El agua demandada por esta industria digital es requerida como enfriador de los centros concentradores de datos que dan servicio a escala global. La tecnología de mayor innovación sigue viendo al agua como infinita y propiedad del mejor postor.

Desde luego, la nueva demanda presiona a las localidades, especialmente en las rurales, que enfrentan el problema de dotar agua a las grandes urbes, además de padecer una severa sequía.

Hace unos días, la especialista en inteligencia artificial del Instituto de Internet de Oxford del Reino Unido, Ana Valdivia, señaló que América Latina se está convirtiendo en el lugar preferente para la instalación de los grandes centros de datos. En Querétaro, un estado amenazado por la sequía, ubicado en la cuenca Lerma-Chapala-Santiago, ya se han instalado diez de estos centros y se calcula que abran dieciocho más, entre otras cosas, para dar abasto a la demanda creciente del ChatGPT. Este “desarrollo” convertiría a ese estado en el centro de datos más grande en Latinoamérica, según la investigadora de Oxford.

En Querétaro, al igual que en Jalisco (recientemente, en los Altos), la distribución del agua ha descobijado y empobrecido al campo. Más que una política para “llevar más agua” que genera conflictos, ¿no deberíamos ver reflejadas las estrategias políticas para reestablecer la salud de la cuenca? En las campañas querríamos ver compromisos para cumplir de manera ejemplar las leyes ambientales. Los electores debemos evaluar qué han hecho los partidos que han gobernado en este sentido.

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jl/I