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Horizonte de plásticos

La producción de uso masivo y cotidiano de plástico ocurre a partir de los años cincuenta del siglo pasado. En solo 30 años este material sorprendió formando islas de basura en el océano. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hay 200 millones de toneladas métricas flotando en los mares. Si estos desechos se colocaran en contenedores, formarían una fila de Nueva York a Sídney, Australia.

La gran mayoría de los plásticos desechados se pulverizan, no se biodegradan, por lo que ya se encuentran en la vida y en la cadena alimenticia incluyendo al ser humano, mediante el consumo de agua o de comida.

En México se han realizado intentos por reducir la producción y el consumo de plásticos de un solo uso como popotes y bolsas. La OCDE ha calculado que cada minuto se utilizan hasta 500 mil millones de bolsas de este material en el orbe. Aunque se reconoce en el mundo la importancia de reducir la producción de plásticos de envases y embalajes, esta industria no se redujo, sino que en nuestro país creció en 5.1 por ciento en 2022, según Plastics Tecnology, México.

Por otro lado, la cantidad que se recicla sigue siendo aún muy baja. En el mundo no pasa de 9 por ciento y en México llega apenas a 6, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Los industriales de este ramo reconocen que debe eliminarse la producción de plásticos de un solo uso, reincorporándolos a la producción, para lo cual deben contar con las conexiones de la llamada economía circular. Sin embargo, especialistas refieren que aún no se cuenta con los indicadores para certificar estos procesos de manera clara. Reto que debe resolverse, al menos, en el reglamento que al respecto se aplicará en la Ciudad de México próximamente.

Si las medidas para reciclar el plástico resultan tímidas, lo es más la política para enfrentar la mayor preocupación planetaria que es la cantidad de plástico producido. Note usted en sus compras el volumen de productos envasados en este material. El problema se incrementa cíclicamente en las ocasiones de gran consumo, como la que se acerca en torno de las fiestas del fin de año. Si la tendencia de producción y consumo sigue, las 440 millones de toneladas de plástico generadas anualmente en el mundo se habrán triplicado en 2060 con graves consecuencias en la salud de los ecosistemas y de los seres humanos.

En una era que produce plástico sin apropiarse aún de los impactos y de la dimensión del problema que genera es necesario estar vigilantes de que nuestro país firme el acuerdo global de la ONU para acabar con la contaminación por plásticos, a finales de este año.

La primera semana de noviembre se realizará una reunión de industriales del plástico, aquí en Guadalajara. Los organizadores han planteado, entre otros objetivos “defender al material de los ataques del gobierno, la sociedad, ONG”. Quizás sea momento de que esta industria reconozca el desafío ético y haga sinergia con la sociedad y los gobiernos a la altura de la responsabilidad que compartimos.

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GR