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La contaminación “esperada”

Aún se espera conocer lo que provocó la muerte de miles de peces en el río Santiago, en el punto de la Ex Hacienda de Zapotlanejo. El hecho se da a unas semanas de que se reportaban las afectaciones por la sequía en 86 por ciento de la superficie del estado de Jalisco.

Visto así, contaminar ríos y presas toma una mayor relevancia y significado ético en la sociedad. Esto es, contaminar las aguas en el marco del cambio climático y de la expansión irresponsable de la ciudad significa afectar la salud del principal sustento que es de por sí ya vulnerable: el agua escasa. De ella dependemos y de la vida que ahí existe.

La multa de hasta 4 millones 200 mil pesos y la pena de hasta nueve años de cárcel, sanciones que se “elevaron” en 2018, quedan por debajo de lo que significa el daño a la comunidad y sus remedios.

Reflejar éticamente el ecocidio y su recurrencia en Jalisco significa no esperar que se normalice la contaminación y la explotación del agua. Significa estar conscientes de la red de complicidades y demandas del mercado que dan paso cotidiano a la cuenca más contaminada de México, la Lerma-Chapala-Santiago.

En el reciente desastre ocurrido en el río Santiago es importante observar la poca exigencia al trabajo de las plantas de tratamiento. En este caso de una empresa que opera desde hace 10 años y cuya concesión se renovó por otros 30.

Cabe recordar otro hecho ocurrido en 2021, en la Presa de San Onofre, municipio de Ayotlán: un derrame de vinaza de la industria tequilera provocó la muerte de entre 60 y 80 toneladas de peces. Afectó directamente a 30 mil habitantes y el riego de más de 100 hectáreas de cultivo.

En 2013 en la Presa El Hurtado, municipio de Acatlán de Juárez, una empresa dedicada a la producción de alimento para ganado vertió desechos clandestinamente. Resultaron 500 toneladas de peces muertos y se afectó directamente a 380 familias. Hay que recordar también que en 2007 investigadores de la Universidad de Guadalajara habían denunciado la contaminación que un ingenio azucarero derramó en la zona, y un estudio del ITESO que advierte que en esa presa hay altas concentraciones de sodio, litio, calcio, potasio y fosfatos, producto de un mal manejo de la cuenca y de descargas de aguas residuales clandestinas en los cauces de agua.

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente 2024 organizaciones civiles le recordaron al gobierno de Jalisco y a la sociedad la responsabilidad de grandes empresas productoras de frutos rojos y aguacate en la contaminación y explotación de la cuenca de Chapala.

La administración estatal que está por finalizar ha invertido 4 mil 600 millones de pesos en el saneamiento del río Santiago. Pero ni las sanciones ni el dinero parecen ajustar para detener los ecocidios. Es necesario elevar la ética de las empresas de esta ciudad y del estado, no se puede “esperar” la contaminación de siempre de estas aguas.

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