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Nuevo año, expectativas a desarrollar

El desarrollo de los ciclos que inician siempre tiene la expectativa de saber cómo van a evolucionar y se colocan varias expectativas en la idea de ese proceso porque, en definitiva, lo que suceda tendrá un efecto sobre las propias expectativas de ese lapso. En el caso de nuestro país, las cosas no tienen tanto misterio como el que se tuvo, precisamente, hace un año, época en la que no había sino fuertes indicios de que la continuación de la línea política que terminaba el sexenio siguiera vigente en las elecciones de junio del año pasado.

En efecto, los eventos del año pasado confirmaron algo importante: no solamente se reafirmó la línea ideológica del grupo político en el poder, sino que lo hizo sobradamente. La inoperancia de las marcas políticas de oposición que durante el sexenio 2018-2024 se eclipsaron, por pasmo, por sorpresa o por falta de una reingeniería que coloque a los partidos en la línea de proponer plataformas interesantes para la ciudadanía. De esa forma, evidenciaron el axioma del distanciamiento que han generado los diferentes partidos políticos respecto de las bases sociales que dicen representar.

El esquema de los partidos, en su dimensión actual, ha dado muestra de la falta de trabajo de los mismos para afrontar un escenario nuevo, de una ciudadanía diferente de la que se tuvo, por lo menos, hasta antes del presente siglo. El efecto que ha generado un mundo de una superior línea de industria y comercio, altamente desarrollado, ha generado el contacto entre una enorme diversidad de economías que en otras épocas se encontraban yuxtapuestas y que, a partir de los años 80, se han correlacionado de forma íntima. El efecto de ese comercio ha tenido un avance y tecnologización que no se había experimentado en este ritmo. Considerando lo anterior, los consumidores han tenido un alto proceso de mundialización de la economía y de acceso a servicios, precisamente, globales, que los hace interactuar con diversas zonas comerciales y, particularmente, culturales.

En este desarrollo se evidencia que las plataformas de los partidos políticos en el mundo no han atendido las características que representan los partidos para las nuevas generaciones. En ese sentido, hablar de nuevas generaciones nos da un abanico extenso de los rangos sociales y de edad que representan. Considerando estos factores, el acceso de los ciudadanos no solamente se restringe a operaciones comerciales, sino culturales que tienen nuevas formas de expresión. Lo han señalado en otros momentos autores como Sartori y Castells, pensando en los nuevos efectos culturales en la práctica política que, desde luego, no está, como actividad, desvinculada del conjunto económico y sociocultural que estamos experimentando.

Las estructuras que han entendido la forma en que esos procesos tienen lugar en nuestra sociedad han aplicado fórmulas que les han dado resultados y tienen el control de la administración pública. Las otras ofertas tienen ante sí el gran reto de reconvertirse en opciones políticas atractivas o, como ha comenzado a suceder globalmente, se desarrollarán las nuevas ofertas políticas que las sustituyan en un nuevo ambiente de ensayo y error. En este nuevo ciclo les toca a las oposiciones proponer.

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jl/I