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Economía y Covid, buscar el ángulo de la ecuación

Los eventos que suceden semanalmente en el ámbito político en nuestro país constituyen, sin duda alguna, un factor de gran importancia para comprender la ruta que se lleva en la administración pública en todos sus niveles. En estas semanas, los eventos relacionados con complejas y, según parece, débilmente integradas carpetas de investigación, mencionan a nombres como el de Emilio Lozoya, que lleva en un confinamiento privilegiado bastantes meses sin que se genere el juicio por manejos irregulares durante su gestión, en la administración anterior. De igual forma, pero sin carpeta de ninguna naturaleza, Martín López Obrador, hermano del presidente, recibiendo recursos financieros de manera irregular en 2015. 

Al margen de esos acontecimientos con gran interés de observación nacional, de igual forma, el avance de Covid-19 sigue manteniendo un inquietante paso sostenido que, sin llegar a los niveles críticos de 2020, la persistencia y mantenimiento de niveles que no descienden, constituye un indicador que demanda una vigilancia persistente y, ahora también, como en 2020, una sólida campaña de información así como de seguimiento de las autoridades sanitarias respecto de la persistencia de la pandemia en territorio nacional. 

El gran dilema que se ha presentado a lo largo de este año que ha sido el de la reapertura de la economía, ha generado retos importantes porque, en los diseños originales, se observaba como único tema la reapertura de las actividades económicas buscando, fundamentalmente, la recuperación del empleo que se contrajo a niveles preocupantes durante el primer año de la pandemia. 

Sin embargo, las circunstancias asociadas a la reapertura económica, como se ha visto, tienen líneas aferentes que no se consideraron en el plan. Con esto, la sanidad en los centros de trabajo contrastó con el ecosistema social que envuelve el ámbito de la producción. Los sistemas de transporte colectivo, los negocios intermedios para los ciudadanos en circulación, la industria gastronómica, en todas sus variantes y del entretenimiento y, en algunos casos, la apertura apresurada de algunas actividades escolares, generaron una condición conflictiva. 

El reto que hay en este momento no solamente implica la dimensión local del problema, sino la correlación internacional en las líneas globales de producción. Un factor importante lo constituye el ritmo de vacunación que abarque a amplios sectores de la población y que, por lo que se ve, en México y el mundo, el desarrollo de las vacunaciones enfrenta varias dificultades. Rondamos el 27 por ciento de la población vacunada y, en este fenómeno, hay que asociar un aspecto cualitativo del que no se plantea con frecuencia. 

En México “tenemos una situación extremadamente compleja”, afirmó Cristian Morales, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) en México. De igual forma, el directivo de OPS señaló que, México pasará de 11.1 a 15.9 por ciento de personas bajo la línea de extrema pobreza. Así que “esto es realmente una situación extremadamente compleja que hace aún más difícil la adherencia de la población a las medidas de salud pública que son necesarias para contener esta situación epidémica”. 

Es importante retomar, de forma integral, las medidas que se consideren necesarias para reforzar la dimensión de salud, en primera instancia y, asociarla a esquemas que produzcan mejores condiciones de adaptación a las circunstancias. Ciertamente, la economía es un tema de gran inquietud, pero el avance sostenido de la enfermedad, inquieta más. 

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JB