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Panorama 2024

Un ejercicio tradicional de fin de año es realizar un recuento de los sucesos relevantes durante el mismo. Pero también hay otra reflexión a partir de ellos; esto es, cómo determinarán lo que pudiera ocurrir el próximo año. En un mundo cada vez más globalizado, unos acontecimientos –como efecto mariposa– logran influir lo que ocurra en otras regiones.

La contienda electoral de más de 20 mil cargos de elección popular el próximo 2 de junio marcará un alud de propaganda electoral, spots, entrevistas, encuestas, mítines, debates, promesas, discursos y demás etcéteras (algo que ya venía ocurriendo desde hace más de un año, pero ahora se incrementará sensiblemente). A fin de año vendrá la toma de posesión de la ganadora de la disputa presidencial ante una nueva configuración del Congreso general y los congresos locales incierta.

Poco después, el 5 de noviembre, serán las elecciones en Estados Unidos y, si la contienda se da entre Biden y Trump, cualquiera que gane, será de suma importancia para la política mexicana, en especial si gana el segundo, que ha amenazado con lanzar misiles contra los laboratorios de droga e invadir el país para ir por los “bad” hombres. Aunque tal parece que el aparato legal estadounidense intentará por todos los medios (legales, claro) impedir que Trump llegue a las urnas.

Vladimir Putin, un protagonista esencial en el equilibrio político internacional, buscará reelegirse en la Presidencia de Rusia (por tercera vez consecutiva y quinta en total) –y lo más seguro es que lo logre– lo que significaría permanecer en el poder hasta 2030; claro, con el primer opositor en la cárcel. Putin se enfrentará con el desgaste del enfrentamiento con Ucrania y una economía en crisis por las sanciones de occidente.

De la misma manera continuará la contienda militar Israel-Palestina que, de no darse acuerdos duraderos en ambos conflictos, la paz penderá de un hilo muy delgado, que pudiera escalar a un conflicto regional, cuando no mundial. La tendencia de incrementar el número de gobiernos autocráticos –tanto de izquierda como de derecha– es también un serio desafío a la democracia.

Pero lo que sí es una preocupación global es el cambio climático, motivo de reunión del COP28 Dubái 2023, donde se aprobó una hoja de ruta para la “transición hacia el abandono de los combustibles fósiles”, con la intención de limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados, objetivo que ya se había establecido en los Acuerdos de París en 2015. De no hacerlo, el mejor ejemplo es lo ocurrido en Acapulco como advertencia.

Por otro lado, la cada vez más preocupante diáspora en todo el planeta –motivada por una multiplicidad de causas– configura una crisis migratoria y desafíos sin precedentes tanto para los países de acogida, de tránsito y de origen, como para la seguridad de los mismos migrantes, refugiados y asilados (extorsión, robo, secuestro, contrabando, tráfico, racismo, xenofobia, etc.). Los candidatos presidenciales deberán abordar este problema y proponer la mejor forma de cómo enfrentarlo.

Por último, y no por ello menos importante, es el aumento y diversificación de las actividades del crimen organizado. De acuerdo con el Índice Global de Crimen Organizado 2023, Colombia está en primer lugar de mayor criminalidad en Latinoamérica; después está nuestro país: en el concierto mundial, ambos ocupan el segundo y el cuarto lugar, respectivamente, en dicho índice.

Algunos analistas ven 2024 como un año de crisis en muchos aspectos. Desde estas Reflexiones esperamos que, al menos en lo que resta de 2023, tengamos unas fiestas decembrinas gratificantes. Ya veremos cómo nos va el próximo año.

X: @Ismaelortizbarb

jl/I