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Agua en el papel

En México y, por ende, en Jalisco, tenemos la disponibilidad de agua que dice un papel. Nos abastecen los litros por segundo que señala un papel. Le damos el uso que dice un papel y, también, saneamos los litros de agua que se mencionan en un papel. Claro, la realidad es otra cosa y cada vez nos lo deja más claro: tandeos, escasez y sequía se cuelan en nuestras conversaciones.

Recientemente, al revisar la disponibilidad de agua para los municipios de los Altos, como parte de las propuestas que se harán luego de que quedaran fuera del proyecto de la Presa El Zapotillo, el Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua se encontró que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no actualiza la recarga media anual de los acuíferos.

Lo relevante de este descubrimiento es que la recarga anual es uno de los elementos que se emplean en la fórmula para calcular el agua disponible. Si el dato base no es real, el resultado tampoco lo es. Esto podría significar que hay más o menos agua disponible, aunque las dificultades que hay para el acceso a la misma no permiten optimismos.

El agua es de la nación, pero permite que la utilicen particulares o instituciones públicas a través de concesiones. Las concesiones son una especie de contrato en el que se establecen todos los detalles del agua de la que se dispondrá, ya sea superficial o subterránea y, entre los datos más importantes están los litros que pueden extraerse y el uso que se le dará.

Hace unos años, al realizar el trabajo de investigación colaborativo Los explotadores del agua, nos encontramos con la casi nula vigilancia de la Conagua a esas concesiones. Así, quienes son beneficiados con estos contratos extraen la cantidad que quieren y le dan el uso que desean. Incluso, en los expedientes en los que se hacen trámites para aumentar el volumen de extracción o cambiar el uso, la Conagua enumera los requisitos que se deben cubrir, pero luego concede los cambios, sin que esos requisitos se cumplan.

El cambio en el megaproyecto de abasto de agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara incluye una primera etapa para llevar agua de la Presa El Salto a la Presa Elías González Chávez, conocida como Calderón.

En una visita realizada en diciembre de 2022 por el gobernador Enrique Alfaro y el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Presa El Zapotillo, anunciaron que en diciembre de 2023 empezaría a llegar agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara. Luego se fueron haciendo ajustes a los compromisos para aclarar que llegarán mil litros por segundo a partir de este mes de febrero.

En sus redes sociales, el gobernador dijo que “estamos a días de lograr algo histórico: que a la ciudad llegue agua de la cuenca del río Verde, un paso fundamental para garantizar agua para los próximos cinco años. La estación de bombeo de la Presa El Salto está a punto de terminarse y en unos días más llegarán los primeros mil litros por segundo adicionales. En mayo estará lista la Presa El Zapotillo y el sistema completo que permitirá a la ciudad contar con 3 mil litros de agua por segundo más”.

En la edición impresa de ayer de El Diario NTR Guadalajara, la periodista Nancy Ángel dio a conocer que el Monitoreo de las Principales Presas de México de la Comisión Nacional del Agua, en su corte al 6 de febrero, alerta que la Presa Calderón está apenas a 31 por ciento de su capacidad.

A lo anterior hay que sumar que los especialistas en temas de agua han insistido en que no se puede ser muy optimista sobre el llenado de la Presa El Zapotillo, por la situación raquítica del río Verde.

La realidad es contundente y, si no la atendemos, la crisis del agua podría golpearnos en la cara.

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