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Alternativas al colapso

Leonardo Boff, conocido teólogo, filósofo, y escritor ecologista brasileño, publicó recientemente un texto titulado Propuestas engañosas y verdaderas para la crisis planetaria, donde afirma que es “una obviedad reconocer que estamos en una peligrosa crisis planetaria. Hasta los negacionistas más obstinados están sintiendo en su propia piel (huracanes, crecidas, nevadas inimaginables, severas sequías, desertificación, guerras y genocidios a cielo abierto y otros fenómenos) los efectos de la crisis actual”.

Yo no estaría tan seguro de dicha afirmación respecto de tal obviedad para reconocer el colapso, y mucho menos que la peligrosidad de la crisis resida en este sistema desarrollista. Tampoco creo que los negacionistas, así como los ultrarricos y la clase política mundial, principales responsables de esta situación, sufran en propia piel los efectos del desastre que causan a la mayoría de la población.

Pero regresando al dicho de Boff, más allá de este matiz, es interesante el apretado resumen de las soluciones que, de cara a esta situación, se han presentado en los últimos años. El texto es recomendable y sugerente porque cuando se habla de la crisis o colapso ambiental es frecuente escuchar que no hay alternativas. Sin agotar el tema, Boff ubica seis opciones a través de las cuales cada vez más personas están dando la espalda a las formas de vida capitalista. Veamos.

El biorregionalismo. Esta forma requiere una organización territorial diferente a la municipalista. La configuración no es por intereses políticos y económicos, sino por los bienes naturales que en los territorios ofrece la naturaleza y su utilización (no explotación) racional por medio de un sistema cooperativo. Se valoran los bienes culturales como las tradiciones y fiestas locales. La producción es local y ello evita los transportes largos y contaminantes.

Economía solidaria y agroecología. Sistema cooperativo basado en la agroecología. Es decir, la producción se hace considerando los ritmos y tiempo de la naturaleza. Se resguarda la biodiversidad regeneradora de suelos. Rechaza los fertilizantes químicos y los organismos genéticamente alterados. En las ciudades se aprovechan espacios no urbanizados y las azoteas para la producción y consumo local. El objetivo es garantizar alimentos sanos para la población.

Economía circular. Es la conocida como reducción, reutilización, recuperación y reciclaje. Ahorrando recursos y aprovechando lo ya utilizado rompe el modelo vigente de extracción-producción-eliminación. Sin embargo, siendo ecológica esta opción no se propone actuar ante las desigualdades sociales características del sistema.

El bien vivir/convivir. Esta sí es profundamente ecológica. La han practicado por siglos los pueblos originarios, aunque Boff solo se refiere a los andinos. Su punto de partida es que la Madre Tierra, la Pachamama, produce todo y el ser humano la ayuda cuando no hay abundancia. Su centralidad no es la economía, sino la armonía y convivencia pacífica de la especie humana con la naturaleza, las aguas, los bosques, las selvas y las montañas.

La economía de Francisco y Clara. Es la propuesta del papa Francisco junto con su crítica al capitalismo y su cultura consumista. La centralidad es la vida en todas sus formas, especialmente la vida humana y de los más vulnerables.

El ecosocialismo. Aunque no está emparentada con el socialismo estilo soviético, sí busca el ideal de dar a cada uno según sus necesidades y que cada uno ofrezca sus potencialidades. Supone un contrato mundial plural de gobernanza para los problemas globales de la humanidad. Esta propuesta necesita superar su sociocentrismo ecológico e incorporara la nueva cosmología y biología, que consideran la Tierra y la vida humana como un momento del gran proceso cosmogénico, biogénico y antropogénico.

Entre estas propuestas de otra vida podemos encontrar guiños. Creo que, en general, se pretende volver a la tierra, modificar radicalmente nuestra relación con la naturaleza, que la economía y la política estén volcadas a cuidar la vida y solo después de ello, al mercado. Es decir, estas vías proponen todo lo contrario de lo que hoy se hace a través de la economía capitalista y la política del poder.

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