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Cimas

Allá por el año de 1972, durante la época que formé parte del grupo 137 Scouts del Parque, junto con otros tres de los mayores nos impusimos el reto de llegar a las primeras zonas nevadas del Iztaccíhuatl, por una ruta larga y complicada de la montaña, conocida también como la de la Cabeza de la Mujer Dormida.

Recuerdo que mucho esfuerzo nos costó alcanzar la cima del cuello de la nevada dama. Daniel, Juan Carlos, Sergio y yo sufrimos para avanzar por el camino del burro hasta el último refugio, para de ahí ascender a nuestro objetivo, al que llegamos hacia las 3 de la tarde.

Aún más penurias pasamos para descender -relato que dejaré para otra ocasión-, ya que nos perdimos en los contrafuertes de la montaña. Después de una serie de incidentes acordamos pasar la noche en una pequeña zona plana que encontramos, pero Daniel y Sergio tenían pendientes de estudios y trabajo que atender al amanecer del lunes y se adelantaron. Juan Carlos y yo logramos llegar finalmente al poblado de San Rafael hacia las 8 de la mañana.

La conclusión es clara: alcanzar la cima no es nada fácil, en tanto que, como bien dice el refrán, de bajada hasta las calabazas ruedan, aunque no siempre.

Así son las cosas en todos los ámbitos de la vida alcanzar la cima cuesta superar retos a veces muy difíciles y la búsqueda del poder no es la excepción. En política, ir escalando posiciones requiere osadía y mucha resistencia a la frustración, la crítica, el maltrato y, además, saber sobreponerse al fracaso para continuar.

Por eso, aquellos que logran alcanzar la cima se sienten invencibles y más todavía, casi como auténticos dioses, pero esa sensación es peligrosa porque puede llevar a aquellas personas proclives a caer en el halago y la autocomplacencia a emprender acciones imprudentes y hasta temerarias que pueden afectar personas, comunidades, ciudades y hasta países enteros.

Algunas de las decisiones más comunes entre aquellos que logran llegar a la cumbre están las que benefician a sus allegados, amigos o familiares, a quienes buscan beneficiar a toda costa sin importar los costos que ello pueda representar. Dan a sus cercanos posiciones para las que no son capaces y les permiten realizar todo tipo de atropellos y rapacerías sin pensar en las consecuencias.

Tenemos muchos ejemplos de ello en el grupo de personajes que, siendo cercanos a López Obrador, como premio a su lealtad fueron colocados por este en funciones para las que no sólo no tienen capacidad, sino que ponen en riesgo importantes áreas estratégicas del país.

Otro ejemplo está en los vástagos presidenciales que se han dedicado a hacer negocios fuera de la ley según diversos testimonios que se han hecho públicos, apoyándose en otros parientes, amigos, compadres y demás ralea, ganando ingentes sumas de dinero que permitirán a varias generaciones de su descendencia vivir con lujo. No ha importado cuántas leyes han violado, López les disculpa todo.

Todos ellos deberían pagar ante la justicia, veremos si los próximos en llegar a la cima actúan en consecuencia.

Así sea.

@benortega

jl/I