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Frágil equilibrio de poderes

La idea de los equilibrios de poderes se sustenta en el hecho ya consignado por los pensadores clásicos de la teoría política, franceses e ingleses de los siglos 18 y 19, de no concentrar el poder en una sola fuerza o persona. De esta forma, el ejercicio del poder tendría equilibrios para que no sea solamente una expresión, como en los casos monárquicos desplazados con la Independencia de Estados Unidos y la Revolución francesa, que buscaron el sistema de representación ciudadana como modelo que permitiera a fuerzas diferentes, mayoritariamente representadas por partidos políticos, los que generasen una discusión plural y tratando de ser lo más representativa posible de la sociedad. Justamente por eso, el esquema de la división en tres instancias, ejecutiva, legislativa y judicial, permite, en el terreno teórico, que todas las voces sean consideradas en las decisiones de conducción de un país.

El proceso de desmantelamiento de la estructura que sostiene en este momento al Poder Judicial, a través de un sorteo inexplicable y con todos los defectos de no tener la organización y ordenación de un modelo pensado, reflexionado y socialmente consensuado, da inicio a una experiencia compleja que desestabiliza la estructura institucional de un poder establecido. El tema de la corrupción y nepotismo dentro de esa línea marca la necesidad de actuar sobre esos factores, pero no necesariamente de desarticular la estructura institucional de ese poder, que son temas diferentes.

El camino acelerado de la maquinaria de poder en nuestro país ha dejado evidencia, en cada paso que se ha establecido para operar la reforma al Poder Judicial, que al haber sido aprobada con todos los cuestionamientos que se le hicieron a ese procedimiento apresurado han dado testimonios fehacientes de la desarticulación de ese proceso que no ha sido debidamente instituido.

Los problemas que ha generado el establecimiento de los ahora mencionados “artículos constitucionales”, que ciertamente eso son desde su aprobación y publicación en el Diario Oficial de la Federación, dan cuenta de acciones que ante la inconsistencia con el proceso mismo que modificaron, señalan con una enorme facilidad que son errores que se corregirán. No tienen alternativa en relación con la corrección, sin embargo, el tema al que se refieren es la Constitución, que parece que, a deseo de parte, se va a corregir.

La mayoría en una asamblea representativa ofrece las ventajas de tener mejores condiciones de negociación, no de ser la única voz que se escuche sobre la conducción de un país. El gran reto para las oposiciones consiste en algo que no pudieron desarrollar durante el sexenio que terminó, un proyecto de país y de desarrollo institucional que perfile, de manera plural, el desarrollo de las políticas nacionales.

Observar como espectadores procesos en que la propia presidencia del Senado señala cómo la capacitación para participar en la Lotería Nacional ofrece una muestra de la profundidad y comprensión que tienen para poner en funcionamiento ese proceso y, aún más, el peso que tiene la Constitución en el desarrollo del mismo.

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GR