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Lemus, el pacificador

El gobernador Pablo Lemus Navarro se autodefinió como “el pacificador” en su primer mensaje en el cargo ante autoridades de todos los niveles partidistas y de gobierno, ahí en el Congreso local justo después de recibir el bando solemne; reiteró una y otra vez que busca la paz política.

En ese escenario más que enfatizar sus compromisos de campaña convertidos en acciones, su principal mensaje político fue el orquestarse como un pacificador, donde todos los pleitos de su antecesor quedarían en el pasado.

Fue un sutil pintar la raya de un sexenio a otro, un deslinde en un tono pacifista y arengando que el actuar político sería diferente desde ese día, algo así como dejar todo en el pasado.

En este escenario solemne, de historia y muy político, dejó la parte emotiva para su mensaje en el Instituto Cultural Cabañas, se centró en posicionar su nuevo rol como mandatario estatal afirmando que escuchará y trabajará con todos sin distinguir partidos políticos.

Seguramente cada vez que haya algún problema político o que le quieran achacar las diferencias ideológicas de su antecesor, Lemus Navarro recordará su nuevo rol, y tendremos que estar atentos para ver si logra concretarlo en su sexenio.

Por ser empresario y dedicarse bastante tiempo a los modelos de finanzas se le reconocen sus dotes de negociador, los cuales fueron tan efectivos que lo llevaron hasta donde está hoy, pero ahora tiene que desarrollar nuevas habilidades para el nuevo rol que quiere implementar dentro de un escenario más complicado y desgastante.

Ante el escenario político que recibe con fracturas políticas en muchos lugares y enemigos de a gratis que se sumaron en el camino, Lemus Navarro buscó y buscó mandar este mensaje de paz política.

En su discurso en varias ocasiones se dirigió al gobierno federal buscando dinamitar el muro político creado en el sexenio anterior, y una y otra vez señaló que lo único que busca es trabajar de la mano de todos los actores para cumplir con sus metas como gobernador.

A su partido político lo dejó de lado, y habrá que ver qué tanto podrá ceder sin perjudicarlo, y qué tanto podrá apoyar si esto implica hacer retroceder a los suyos.

Cuando menos en esta semana logró la foto que tanto quería al lado de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, y posó felizote; no se habló de grandes acuerdos, pero la imagen que buscaba ya la tiene para el recuerdo.

Hasta el momento no hay señales claras de trabajar al unísono como él quiere, quizás en sus próximos actos seguiremos oyendo su discurso de paz política.

El mandatario estatal fue cuidadoso en señalar que quiere trabajar de la mano con la presidenta, y aquí surgen las dudas. ¿Podrá hacerlo cuando también mandó el mensaje de que no será sumiso?, ¿cuando aseguró que no entregará los sistemas educativos y de salud porque sería perder como ha ocurrido en otros estados?, ¿cuando pide recursos para sus proyectos?

Entonces, ¿logrará encontrar la paz política con estos posicionamientos?, y si lo logra, ¿qué dará a cambio?

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jl/I