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Heredan diputados reducción de nómina

Los diputados locales de la 64.ª Legislatura heredaron la propuesta de reducción de nómina, que no pudieron ejecutar sus antecesores, y ahora no pueden ni deben hacerse los desentendidos.

Reconocemos que ellos no fueron los de la propuesta porque aún no entraban en funciones, ni siquiera imaginaban estar en el cargo, pero eso no les quita la responsabilidad compartida al formar parte de la misma institución.

Es un pendiente heredado que sería ilógico justificar diciendo que no es suyo o que no les toca porque son el mismo ente público, y el problema de una nómina obesa y la falta de una reingeniería administrativa no desaparecieron con la salida de sus antecesores.

Estos problemas podrían perseguirlos durante los tres años que estarán en el cargo si no toman cartas en el asunto.

Esta Legislatura, la 64.ª, apenas está en la contratación de personal, es el momento justo de hacer la pausa y reflexionar si quieren continuar el legado de una nómina obesa.

El personal supernumerario se estaría apenas contratando y es en este momento cuando podrían marcar la diferencia si hay voluntad política para hacerlo.

Ahora los nuevos coordinadores parlamentarios, la Junta de Coordinación Política, es la que está obligada a pronunciarse sobre el tema porque están en el momento decisivo de señalar si van a entrarle al tema o si lo van a batear con las consecuencias políticas que esto implica.

Si analizamos la nómina con la que empezó la legislatura sólo se le pagó al personal de base en la primera quincena de noviembre, no hay ningún supernumerario contratado.

Por esta razón señalamos que es su responsabilidad regresar la nómina obesa si no deciden poner restricciones a la contratación de su personal supernumerario, y se van como sus antecesores abultando la nómina.

La legislatura pasada terminó con una plantilla laboral entre fijos y eventuales de casi mil personas, y la recién nombrada debe buscar la manera de reducir ese número porque como dicen “le toca”.

Aquí es donde veremos si una vez más los compromisos políticos de plazas a los amigos, los familiares y otros compromisos resurgen como ocurre con cada legislatura o si en realidad buscan ser diferentes.

Aunque cuando se trata de salarios y plazas, todos buscan los mismos beneficios económicos y dudo que quieran ser la excepción.

Antes de comenzar a contratar gente debieron haber repasado el estudio que elaboró el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), que costó casi el millón de pesos para aprovechar las observaciones e implementarlas.

Si esta legislatura contrata igual o más personal sólo estará evidenciando que son iguales o peores que sus antecesores, y que la restructura administrativa no les importa.

Que el gasto hecho en el estudio para poner orden fue dinero tirado a la basura, porque no generó conciencia ni creó cambios.

Si nada cambia y todo sigue igual, quiere decir que les interesa seguir con lo mismo sin marcar la diferencia. Éste es su reto interno y están a tiempo.

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jl/I