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Cambiar de logotipo o sustentar un proyecto

El fin de semana, el Partido Acción Nacional (PAN), anunció una transformación de fondo, con la intención de convertirse en una oferta importante, particularmente, pensando en las elecciones intermedias de 2027. Podría pensarse que están actuando con una adecuada antelación, sin embargo, esas consideraciones debieron haberse puesto sobre la mesa al terminar la elección federal de 2018 y, posteriormente, con la elección reciente de 2024.

A pesar de todo, constituye un factor importante en la reconsideración del partido hacia un universo de elecciones que, ciertamente, no se agotan con las de 2027, sino que, a partir de ahí, hay que considerar un periodo de organización, de estabilización y, sobre todo, de oferta importante para la ciudadanía que encuentre en ese instituto político, una opción clara de proyección importante del país.

El PAN enfrenta retos importantes que arrastra desde hace tiempo como lo es el hecho de mostrar, fundamentalmente, una identidad que no solamente involucre a su membresía, sino que socialmente se convierta una oferta importante para la ciudadanía.

En el proceso electoral de 2024 se desdibujó, de manera sustancial, con la alianza PRI-PAN-PRD que, al final de cuentas, no logró convencer a la ciudadanía votante, básicamente porque, independientemente de la candidata que impulsaron, no hubo ninguna propuesta que mostrara la fortaleza individual de los partidos ni tampoco los beneficios de la alianza. La coalición de los partidos, sencillamente, generó confusión, sin embargo, considerar la fórmula de esos partidos, no fortaleció la idea de una estructura sólida y competitiva en su participación.

Por otra parte, considerar que la alianza constituyese una fórmula para generar una estructura de “voto útil”, no dejó claro ante los votantes qué beneficios se aportaban y, por otro lado, cómo se fortalecía la identidad de cada uno de los partidos para que hubiera un incentivo para los votantes, para escoger cualquiera de las opciones y, particularmente, la del PAN.

La construcción de una plataforma, así como la reingeniería del partido no se sustituyen con la renovación de un logotipo. La identificación de las ventajas del partido que en su historia tiene dos elementos importantes, por una parte, haber constituido un factor sustancial de oposición, pero, por otra, la experiencia de haber ocupado, en la fase de las alternancias, la cima de la administración pública del país. Hasta este momento, ha desempeñado un papel reactivo en las tribunas parlamentarias, donde es minoría. La recuperación de los espacios de influencia, no se desempeña en el Congreso, sino en la construcción y gestión de plataformas que tengan un mayor impacto con la ciudadanía y se constituya en una oferta viable para los votantes.

El alejamiento de los partidos de sus bases electorales generando decisiones cupulares para los cargos de elección, no representa, ni para sus agremiados, ni para la ciudadanía, avances de peso en la construcción de nuevos elementos que busquen, una identidad y un apego de representación ciudadana. El reto no solamente lo constituye renovar el logotipo, sino la construcción de caminos de corto, mediano y largo plazo que se vean como una oferta consistente y atractiva para los votantes.

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