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Libertad religiosa y Estado laico

En 2021, según el decimoquinto Informe de la Libertad Religiosa en el Mundo, cada vez es mayor el número de personas y de países donde se discrimina e incluso se persigue a los creyentes de diversas religiones, siendo los cristianos el grupo más atacado.

En el mundo, de 196 países, en 62 se viola la libertad religiosa, es decir, en uno de cada tres países no se respeta la libertad religiosa.

En 23 países de los 54 que tiene África se viola la libertad religiosa y en 12 de ellos la persecución religiosa es extrema. En 30 países se han cometido asesinatos por causa de la fe desde mediados de 2018.

El 67 por ciento de la población mundial vive en países con graves violaciones a la libertad religiosa.

Si bien no hay muertes a causa de la fe en América Latina –o que tal vez no conocemos–, existe lo que los sociólogos llaman un martirio social: cuando las personas que practican algún credo no son aceptadas y son silenciadas en la esfera pública.

En México, el Estado es, en el ámbito normativo, el garante de la libertad religiosa y la laicidad viene a quedar claramente expresa en la reforma de 2012 al artículo 40 constitucional.

Lo que significa que el Estado laico debe sobre todo garantizar la sana convivencia entre las diversas religiones, adoptando una neutralidad ante los dogmas religiosos, y no un papel interventor, ya sea de forma activa o de forma pasiva.

En el momento actual no se da una persecución religiosa desde las instancias de gobierno, como sí se da en otros países de América Latina y en el mundo; sin embargo, como señala el académico e historiador Armando González Escoto, el protagonismo político de algunas asociaciones evangélicas se da no solo de México, sino que ocurre en toda América Latina.

Un ejemplo es el de Bolsonaro, en cómo llegó al poder en Brasil, bajo el impulso y organización de las iglesias evangélicas.

Y describe: “En México, las iglesias evangélicas han sido pujantes, y se han dado a la tarea de ingeniarse nuevos caminos para limitar la libertad religiosa del catolicismo, o si no puede, de sofocarla”.

Estos grupos han procedido creando asociaciones civiles, que es una figura legal, de tal manera que no es la comunidad religiosa la que hace alguna propuesta, sino una asociación civil.

¿Quién protestó contra el nacimiento en espacio público en Chocholá? Una asociación civil de nombre Kanán, de origen evangélico, que ha promovido otros amparos contra las autoridades municipales de Mérida e Izamal, también por la instalación de nacimientos navideños, pues afirma que busca “generar precedentes a nivel nacional y plantear los alcances del Estado laico en la actualidad”.

El historiador González Escoto expone que no se debe confundir Estado laico con espacio laico. “El espacio no puede tener definiciones porque es público, si lo defino con una etiqueta, ya estoy excluyendo a todos los que se identifiquen con él. Imagínense el trabajo de definir cerros laicos, no se puede poner una cruz en la cima del cerro, porque es laico”.

¿Y si se define el aire como laico? El aire en México es laico, por lo tanto, no se deberían proferir palabras religiosas, porque el aire las lleva, y eso le quitaría laicidad al Estado.

El espacio público es de todos. Ni de éstos, ni de aquellos. Concluye el historiador que “el Estado laico es una forma de gobierno que no privilegia concepciones religiosas, pero tampoco las ataca ni las promueve, más bien vigila que la sociedad mantenga el respeto a toda asociación religiosa en lo privado y en lo público, de la religión que sea”.

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