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Crecer en silencio

En las próximas semanas, durante el periodo navideño, muchas casas quedarán llenas de silencio que vibrará más fuerte que los ruidos de los festejos alrededor. Este silencio que no da respuestas para miles de niños, niñas y adolescentes quienes tienen su familiar desaparecido no permite construir caminos reparadores. El miedo a reconocer y nombrar la ausencia obliga a aceptar el silencio y seguir con las vidas cotidianas, y con el paso del tiempo normalizar el no entender.

Las infancias, acostumbradas al silencio en sus casas, entrenadas para cuidar a las personas adultas encargadas de la búsqueda, e ignoradas por el Estado, no cuentan con condiciones ni herramientas para compartir cómo viven la desaparición de su familiar y cuáles son sus necesidades. Evitan preguntas, lloran en silencio, viven de manera solitaria y esconden su dolor a través del desarrollo de enfermedades, deterioro en su rendimiento escolar, aislamiento, ansiedad, impotencia o desesperanza.

En Jalisco, a lo largo de los últimos años se han generado algunos esfuerzos institucionales para brindar apoyos a niños, niñas y adolescentes que viven en el contexto de desaparición, sin embargo, cada uno presenta varias deficiencias y no ha permitido responder a las necesidades de las infancias de forma oportuna. Por un lado, se encuentra el programa Acompañar la Ausencia, implementado por el DIF Jalisco en la Zona Metropolitana de Guadalajara y en varios municipios del estado, mismo que se enfoca en brindar apoyo psicológico, psicosocial, económico y de asistencia social a familiares de personas desaparecidas.

Por otro lado, en agosto de 2022 dentro de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas se creó el Centro de Acompañamiento Psicosocial dedicado a brindar atención individual, familiar y grupal a familiares de personas desaparecidas en todas las fases de la investigación y búsqueda, incluidas acciones dirigidas a las infancias. Cabe señalar que de acuerdo con Carlos Beristain el enfoque psicosocial busca “hacer frente a las consecuencias del impacto traumático de las violaciones de derechos humanos y promover el bienestar, apoyo emocional y social a las víctimas, estimulando el desarrollo de sus capacidades”, por lo que conflictúa y genera desconfianza que una dependencia de la Fiscalía del Estado apoya a superar los impactos cuando en muchas ocasiones es la misma que contribuye a generarlos y revictimiza, o incluso es responsable por desaparecer a las personas.

Ante la insuficiencia de acciones para atender de manera integral a personas menores de edad quienes sufren la desaparición de su familiar, por parte del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad) se generó un primer acercamiento para identificar y analizar los impactos, así como las capacidades institucionales y potenciales recursos para atender este sector de población de forma efectiva y especializada. Mediante la elaboración del informe Las infancias como principio rector. Diagnóstico sobre los impactos y necesidades de niñas, niños y adolescentes que viven la desaparición de su familiar en Jalisco se busca incidir en la evaluación y diseño de estrategias y políticas públicas que verdaderamente atiendan sus necesidades e incorporen el enfoque diferencial, psicosocial y el principio superior de la niñez.

Cabe señalar que para la construcción e implementación de respuestas institucionales relativas a sus derechos es fundamental romper con la postura adultocéntrica y fomentar los mecanismos de participación infantil que permitan la escucha y consideración de sus opiniones, incluida su participación en los procesos de búsqueda e investigación, partiendo del reconocimiento de niños, niñas y adolescentes como titulares de sus derechos.

El peso del silencio y dolor que cargan las infancias no es solo de ellas, y afecta a toda la sociedad en conjunto. A pesar de que persisten narrativas estigmatizantes y resistencias a tejer lazos de solidaridad con las personas afectadas por la violencia, hacer frente a esta nueva y vacilante realidad que nos rebasó y está afectando a nuevas generaciones es nuestro deber. Nadie debe estar obligado a permanecer en silencio.

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