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Elecciones y crimen organizado

Hay tres formas de enfrentar un conflicto o situación: de forma autoritaria, de forma democrática o con el clásico laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar). El gobierno de la 4T algunos los ha encarado de forma autoritaria (especialmente con la oposición o a los críticos de su gobierno); la democrática, ni en sueños. Ha enfrentado al crimen organizado (CO) desde la tercera perspectiva, con las consecuencias evidentes omnipresencia del CO en varios territorios de la República.

Los grupos criminales se empoderaron inicialmente con el trasiego de droga (por ello fueron denominados “narcotraficantes”: marihuana, cocaína, heroína, cristal y ahora fentanilo), hoy es conocido como CO gracias a la diversificación de sus actos delictivos: secuestro, cobro de piso, chantaje, extorsión, homicidios, desapariciones; esto es, diversificaron sus actividades a tal punto de que, en este proceso electoral, están interviniendo de manera significativa.

El portal Votar entre balas registra que, en lo que va hasta el pasado miércoles, ha registrado 23 personas precandidatas y candidatas asesinadas; así como personas precandidatas y candidatas que han sufrido otros tipos de ataques: 20 amenazas, nueve ataques armados, 15 atentados y nueve secuestros. Y desde 2018 al 18 de mayo de 2024 se han registrado en México mil 880 de esas acciones delictivas “en contra de personas que se desempeñan en el ámbito político, gubernamental o contra instalaciones de gobierno o de partidos políticos por parte de grupos de la delincuencia organizada, que ocurren antes, durante y después de procesos electorales.

Gran parte de esa violencia desatada en el presente proceso electoral que concluirá con las elecciones del 2 de junio próximo es producto de la intención del CO de incidir en los resultados de esos comicios. En las elecciones de 2021, el candidato perdedor al gobierno de Sinaloa documentó y denunció cómo el CO intervino en las elecciones en ese estado; sin embargo, al no encontrar un solo abogado que tomara su caso, tuvo que desistir de su denuncia: nadie le hizo caso.

El pasado 20 de mayo, el diario Financial Times publicó un artículo sobre el CO en México: “Los cárteles de la droga de México están prosperando”, donde apunta que “el problema del crimen organizado en México ha empeorado dramáticamente durante los cinco años y medio de presidencia del populista izquierdista Andrés Manuel López Obrador… y se ha vuelto tan grave que amenaza el futuro del país”.

Se ha llegado a tal condición gracias a que el régimen de la 4T ha aplicado la fórmula de “dejar hacer, dejar pasar” (o la política del avestruz). La consecuencia ha sido que, de acuerdo con el portal Cero impunidad, en México de cada 100 delitos, solo 6.4 se denuncian; de cada 100 delitos que se denuncian, solo 14 se resuelven; esto es, la probabilidad de que un delito cometido sea resuelto en nuestro país es tan solo de 0.9 por ciento: el CO puede actuar con la seguridad que no serán enjuiciados. Estas cifras no auguran unas elecciones exentas de violencia.

X: @Ismaelortizbarb

jl/I