INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Jalisco, con potencial para reconocer la multiculturalidad

El reconocimiento de las necesidades que viven las personas migrantes y la celebración de su identidad, cultura y tradiciones es una oportunidad que no debe ser desaprovechada por los sectores públicos, privados, sociales e institucionales. En el Área Metropolitana de Guadalajara, así como en Chapala, Jocotepec y Puerto Vallarta, se han asentado de manera permanente numerosas personas migrantes de diversas nacionalidades y culturas.

En un Jalisco ideal, esta circunstancia podría convertir a la entidad en un centro de llegada y recepción para migrantes, donde la multiculturalidad sea vista como un rasgo distintivo de una sociedad que celebra y reconoce la diversidad cultural; que anima la conversación y la inserción de las personas migrantes; que se nutre y retroalimenta con sus saberes y experiencias.

Sin embargo, la realidad cotidiana a menudo invisibiliza la presencia y las necesidades de quienes no han nacido en estas tierras. A pesar de que Jalisco ha sido históricamente un lugar atractivo para las comunidades migrantes, la inclusión y el reconocimiento de estas personas está todavía muy lejos de lo mínimo deseable. Organizaciones como The Rhizome Center for Migrants, Caminantas, Paso Libre FM4, El Refugio y el Centro Scalabriniano de la Pastoral Migratoria trabajan activamente para promover los derechos de los migrantes, incluyendo acceso a la educación, salud y empleo, así como la construcción de una identidad y reconocimiento en Jalisco y México.

Estas organizaciones son un oasis para las personas extranjeras que viven en Jalisco, pues es en ellas donde encuentran asesoría, acompañamiento, capacitación y orientación; además de lazos y redes socioafectivas que no encuentran en otros espacios institucionalizados o en las comunidades de llegada.

A menudo, los empleadores desconocen las dinámicas de permisos de trabajo para migrantes, lo que complica su integración. Muchas veces, la dependencia económica de una pareja es un reto, ya que, aunque pueden obtener residencia legal, no siempre tienen derecho al trabajo. Esto crea una situación de vulnerabilidad, pues deja a las personas en una dependencia legal y económica hacia sus parejas, esta es una realidad compleja que viven especialmente las mujeres y niños migrantes, quienes enfrentan aún más dificultades por la falta de redes de apoyo y recursos.

A esto se suma la falta de información institucionalizada que oriente, ayude a estas personas en sus necesidades cotidianas. Las barreras culturales y lingüísticas también juegan un papel importante, ya que las personas migrantes pueden sentirse desconectadas de su nuevo entorno, enfrentándose a desafíos permanentes en un lugar donde las costumbres y expresiones pueden resultar confusas.

A pesar de estos y otros retos, las personas migrantes desean integrarse y contribuir a sus nuevas comunidades, compartiendo su cultura y experiencias sin renunciar a sus orígenes. Por ello es esencial fomentar un entorno en el que se reconozcan y valoren estas diferencias, promoviendo la inclusión y el entendimiento mutuo. Al hacerlo, Jalisco puede no solo beneficiarse de la diversidad, sino también enriquecerse a través de la colaboración y el respeto por la otredad.

X: @claudiaacn

jl/I