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Complicidades electorales

En un solo día la pretendida reforma electoral rumbo al 2024 tronó porque ya no había garantías dentro del proceso de complicidad electoral.

Todos los asuntos donde hay aumento de recursos, bonos, aumentos salariales también entra el ámbito electoral donde la premisa es conseguir la unanimidad o cuando menos la mayoría para evitar roces en el futuro en materia política, y evitar banderas políticas durante las campañas.

El acuerdo que habían logrado en la firma de la iniciativa de ley entre las fuerzas políticas dentro de la Junta de Coordinación Política se quebró una tarde antes de votarse.

Al final dos de las cinco bancadas que habían firmado el documento tuvieron que echarse para atrás debido a que no contaban con la mayoría dentro de sus partidos políticos y fracciones parlamentarias, lo cual pondría en evidencia las fracturas y complicaría la toma de decisiones internas garantizando reclamos en el futuro en la distribución de candidaturas y simplemente decidieron cancelar la pretendida aprobación que intentaban hacer vía fast-track en esta reforma.

Lo sorprendente es que no se hayan dado cuenta de estas pretensiones la mayoría de diputadas cuando les proponían que, a través de hacer bloques de competitividad en los municipios, en lugar de bloques por población como la elección pasada, se estarían repartiendo las candidaturas.

El dictamen no apareció de la noche a la mañana, tenía una semana para que pudiera ser analizado, pero lo que siempre pasa, nadie se había dado a la tarea de leerlo. Se dejaron llevar por las oídas, los dichos, las promesas y las verdades a medias, hasta que alguien prendió la llama unos días antes de la aprobación en sesión de pleno.

En el Palacio Legislativo ni siquiera las más afectadas por sus intereses personales políticos levantaron la voz ni convocaron a unirse como bancada de mujeres para proteger sus derechos, tuvieron que venir de afuera para quitarles la venda que algunas tenían en los ojos.

También hubo las que se molestaron porque simplemente un día antes de la aprobación del dictamen un grupo político y de activistas protestaron contra la reforma, pero si no lo hubieran hecho de esa forma, todo estaría aprobado sin el derecho al pataleo porque sería algo consumado.

Y tan no había intención de consensuarlo, que evitaron las opiniones externas de especialistas y aquí ni siquiera mesas técnicas hubo y mucho menos parlamento abierto, aquí fue un tema de acuerdos internos dónde el sospechosismo se hizo presente.

Tampoco dieron tiempo y mucho menos tuvieron interés de explicar con peras y manzanas los beneficios de sus bloques de competitividad, y contrastarlos con los bloques de candidaturas para poder evidenciar si en realidad beneficiaba a las candidaturas mujeres.

La defensa de los derechos humanos de las mujeres, sobre todo en la participación política no es una lucha para beneficio propio sino para el futuro donde las que vienen serán las beneficiadas; así como les pasó a las que actualmente llegaron a ocupan cargos públicos por ser las primeras de la lista o porque entraron a cubrir los espacios de paridad que necesitaba su partido.

El fantasma de la posibilidad de que vuelvan a probar un paquete electoral está latente, por lo que es necesario que la bancada de mujeres, siendo la más numerosa por primera vez en una Legislatura, se pronuncie públicamente sobre la postura que asumen en este tema y no dejar la opinión velada o las manos en sus coordinadores parlamentarios de las bancadas mayoritarias.

Empero es una situación difícil porque la principal característica de esta bancada es la desunión y el desinterés en estos temas porque son tan diversas que no han fijado una postura.

El tema quedó cancelado por el momento, pero seguramente regresará y deberían estar preparadas con elementos para la discusión y para convencer. ¿Lo estarán haciendo?

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jl/I