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El Diálogo Nacional por la Paz

Este jueves 21 de septiembre es el Día Internacional de la Paz, y en ese marco inicia en la ciudad de Puebla, en la Universidad Iberoamericana, el Diálogo Nacional por la Paz, convocado principalmente por la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús. Es un diálogo que reúne a gobiernos locales y nacionales, empresarios, iglesias, sociedad civil organizada, académicos, medios de comunicación, víctimas de la violencia, migrantes, indígenas, artistas y jóvenes, para profundizar en la realidad que lastima en todo el territorio mexicano.

Recientemente, el obispo de Campeche, quien fuera auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara, Francisco González González, en una carta pastoral sobre la paz, con fecha del 16 de septiembre, argumenta que “México padece un baño de sangre que salpica y hace correr ríos que bañan el territorio nacional por tantas vidas, y muchas familias sufren por los graves efectos de la escalada de violencia. La violencia ha provocado más pobreza, abandono, inseguridad y muerte”.

En una de las partes centrales del texto pastoral, el obispo González se pregunta: ¿la paz será un ideal fuera de nuestro alcance? ¿Tenemos que resignarnos a la violencia? ¿Ya no habrá paz?

“¿Qué región o qué espacio de nuestra geografía no ha sido asolada por la creciente violencia impune? Los asesinatos y desaparecidos se incrementan en la numeralia y en los comentarios populares. Las amenazas se extienden y las extorsiones abundan. Los menores de edad son constreñidos a colaborar y sumarse a la espiral de la violencia, so pena de perder la vida y la familia. El obispo de Campeche asegura que, para alcanzar la paz, es necesario que los funcionarios públicos vean en los que piensan distinto a ellos, no una crítica adversa, no un problema, sino “una oportunidad de crecimiento mutuo”, porque las tensiones y los conflictos deben ser arreglados con el diálogo, y no con la fuerza, pero para eso se debe empezar con los niños y con los jóvenes, con los padres desde el hogar y los educadores en las aulas, ayudando a hacer la experiencia de la paz.

Y eso es precisamente lo que pretende el Diálogo Nacional por la Paz, ser un espacio y tiempo de repensar las estrategias de seguridad en los ámbitos local, estatal y federal, dando origen a un camino de construcción de paz, escuchando las voces de las familias, y las buenas prácticas en la reconstrucción del tejido social.

La Compañía de Jesús señala que “hay buenas prácticas en el país que tienen las claves que hoy necesita México, y por ello necesitamos este encuentro plural y la escucha activa, con la actitud de aprender en la diversidad”.

El programa del Diálogo Nacional se enfoca en mirar la realidad del país, a través de conferencias, y escuchando la voz de las familias, los migrantes, los indígenas y la voz de las víctimas de la violencia. Donde subyacen las preguntas: ¿por qué hemos llegado a estos niveles de violencia? ¿Cuáles son las dinámicas que están detonando las violencias en las comunidades?

En el segundo día se trabaja con las preguntas: ¿qué podemos hacer para contribuir a desactivar la violencia y construir la paz en las localidades? ¿Cómo impulsar la justicia restaurativa que atienda a la víctima, al victimario y a la comunidad, y así caminar hacia un modelo reparador?

El tercer día se inicia con la reflexión en grupos: ¿qué nos duele de la realidad? ¿Qué acciones estratégicas podríamos realizar? Y culmina el diálogo con la presentación de una Agenda Nacional de Paz, y las estrategias para crear una Red Nacional de Paz.

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