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El suicidio en el sexenio

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el suicidio es un significativo problema de salud pública, ya que anualmente en el mundo alrededor de 703 mil personas lo ejecutan y, asimismo, se estima que por cada suicidio se dan 20 intentos de suicidio. Además, hay que considerar el terrible impacto que genera en muchas de las personas familiares, amigas y compañeras de la escuela y/o del trabajo de la persona que se suicidó o intento suicidarse.

Por ello se acordó instituir el 10 de septiembre de cada año como el Día Internacional para la Prevención del Suicidio con los propósitos de revisar la situación del problema, y evaluar y ajustar, en su caso, las políticas públicas para su atención.

En México normalmente llega esa fecha y las autoridades presentan un posicionamiento en torno al suicidio, pero no realizan una evaluación formal sobre los trabajos para la prevención de la problemática.

Particularmente en el presente sexenio, con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), podemos sostener que el suicidio ha tenido un crecimiento sostenido. En 2019 se presentaron 7 mil 223 casos que, con respecto a los 6 mil 808 de 2018, representaron un crecimiento del 6 por ciento, mientras que en 2020, en plena pandemia de Covid-19, se registraron 7 mil 896, es decir, 9.3 por ciento más que en el año anterior.

Para 2021 se contabilizaron 8 mil 432 casos que, en comparación a los del año previo, representaron un crecimiento de 4.3 por ciento y en 2022, 8 mil 239, o sea, hubo un decremento de 2.3 por ciento; es a la fecha la única reducción del sexenio.

Finalmente, en 2023 se registraron 8 mil 837 suicidios, el número de casos más alto de todo el sexenio. Respecto al 2022, la cantidad indica un crecimiento del 7.2 por ciento.

Otros datos relevantes del Inegi en torno al suicidio durante los últimos 5 años nos ilustran que la proporción de suicidios ejecutados por hombres respecto a las mujeres varía entre el 4.2 y el 5.4 casos de varones por uno entre mujeres. Estos últimos datos nos deben llevar a considerar un ajuste en los programas de prevención del suicidio para, sin excluir a las mujeres, fortalecer el trabajo de prevención del suicidio en los hombres.

Si la prevención implica la implementación de acciones para evitar que se presente un problema o para reducir la frecuencia de aparición del problema, entonces la prevención del suicidio en México no ha sido tan eficaz como se requiere.

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