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El derecho de migrantes a la salud mental

La gran mayoría de las y los migrantes y sus familiares estará desarrollando miedos

Muchas personas de todo el mundo, y muy particularmente de América Latina, en búsqueda de mejores condiciones para su vida o, inclusive, huyendo de la violencia y/o de la persecución política, con esfuerzos muy significativos y en condiciones muy riesgosas se desplazan hacia los Estados Unidos de América (EUA), país en el que encuentran trabajo (es el más mal pagado y a las y los ciudadanos de ese país no les interesa realizar por ser muy pesado) y con el que logran sobrevivir y apoyar económicamente a través de remesas a sus familias y otros seres queridos.

Lamentablemente, con el arribo a la presidencia de los EUA de Donald Trump, un empresario-político insensible y cuyo Dios es el dinero, se han iniciado acciones gubernamentales para expulsarles a unas y a otros del territorio norteamericano e impedirles el libre tránsito o el derecho de solicitud de asilo a otros y otras.

Advertimos que con los discursos presidenciales se ha ido creando un clima de promoción de la violencia en contra de las y los migrantes, ya que se les ha tachado de asesinas/os; enfermas/os mentales peligrosas/os y violadores, y responsables del problema de las adicciones y muertes en la población estadounidense, por lo que muy posiblemente también serán violentadas/os, reprimidas/os y/o separadas/os de sus familiares que vivan con ellas/os.

Asimismo y en forma abrupta han terminado las esperanzas de miles de personas que buscan trabajo y oportunidades como las que tuvieron muchas y muchos de las/os norteamericanas/os que en su momento fueron migrantes (o sus padres o abuelos) y que hoy aplauden y estimulan las medidas xenofóbicas presidenciales.

Ante todo ello podemos pronosticar que la gran mayoría de las y los migrantes y sus familiares estará desarrollando miedos, incertidumbres, angustias, crisis económicas y que se podrán convertir en severos problemas de salud mental (trastornos depresivos, de ansiedad, del dormir, etc.) o, incluso, llegar al suicidio.

Por ello hoy hacemos un llamado a los gobiernos federales, estatales y municipales y a las y los psicólogos y psiquiatras de México y del resto de América a solidarizarnos con las/os migrantes y sus familiares para brindarles virtual o presencialmente servicios de salud mental de calidad y gratuitos o, en el peor de los casos, con pagos francamente simbólicos.

¡Porque la salud mental también es derecho de las y los migrantes y de sus familiares!

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GR