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Jalisco en tres pistas: diálogo, reconciliación y acuerdos

Altura de miras, voluntad y capacidad de diálogo para generar los acuerdos que permitan una sana transición entre los gobiernos salientes y próximos a ejercer el cargo, es lo que esperamos las y los ciudadanos hastiados de escuchar las vagas acusaciones y señalamientos entre los actores políticos que, por casi dos años, sino es que en lo que va del presente sexenio, han alimentado la división y animadversión.

“Haya sido como haya sido” por fin concluyó el costoso, aburrido e innecesario periodo de campaña. Los resultados son los que son y llegó el momento de dar vuelta a la página; es tiempo de despresurizar la discusión, particularmente entre quienes encabezarán las administraciones de los diferentes órdenes y poderes de gobierno, para retomar y ampliar la conversación con todas y todos los sectores de la sociedad.

Jalisco vivirá una nueva etapa, no solo porque concluye un periodo administrativo y gubernamental más en la historia, sino porque tendrá un Congreso estatal y la configuración de ayuntamientos de oposición en algunos de los municipios del AMG y en distintas regiones del interior. A su vez, el gobierno de Jalisco deberá sortear una relación de entendimiento y coordinación con el gobierno de la República, emanado de una fuerza política distinta, lo que implicará poner a prueba un arte, que está por verse si los responsables de ejercer los cargos públicos, podrán ejecutar.

Las y los jaliscienses que ejercieron su derecho al voto en la reciente jornada electoral, definieron cruzar de manera diferenciada las boletas. Los resultados de esta contienda, técnicamente, obligan a nuestras y nuestros representantes salientes como a los electos quienes próximamente entrarán en funciones, a dialogar y construir acuerdos. Las preguntas para responder hoy son: ¿ellos y ellas estarán a la altura de las circunstancias? ¿Podrán dejar de lado sus diferencias partidistas y coordinar esfuerzos para responder, atender y abatir los distintos problemas que vivimos las y los ciudadanos? ¿Serán capaces de cultivar una relación de respeto y diálogo, de articular esfuerzos para preservar y mantener un equilibrio de poderes y respeto a las instituciones que tanto nos ha costado construir?

Alimentar la división y discusión pública ociosa entre las fuerzas políticas que ya contendieron y recibieron el respaldo o la indiferencia de las y los ciudadanos en las urnas no solo hace más oneroso el sistema de representación democrática que tenemos, sino que obstruye y retarda el camino hacia la búsqueda de acuerdos necesarios para avanzar en la definición y atención de los asuntos públicos que hoy nos atraviesan. Ese es, en estricto sentido, el costo que pagamos las y los jaliscienses por intentar mantener un sano equilibrio en la representación de los distintos poderes.

El tiempo apremia. Llegó el momento de trabajar coordinadamente y ofrecer respuestas; plantear y definir acciones concretas, eficaces para avanzar en las agendas públicas pendientes y urgentes que gritamos en la calle y discutimos en casa, el trabajo, la escuela y el barrio. Bienvenidos sean el diálogo constructivo, la reconciliación franca y sincera y los acuerdos y planes de trabajo abiertos por el bien de las y los ciudadanos y de Jalisco.

X: @claudiaacn

jl/I