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Aunque se enojen en el centro
Justificación
A mediados de febrero murió el noruego Johan Galtung (1930-2024), uno de los más destacados investigadores de la paz de las últimas décadas a nivel mundial. Para honrar su legado comparto notas biográficas y de su producción académica para ahondar en lo que significa construir paz en nuestro entorno.
Descendiente de médicos, Galtung propone utilizar el modelo diagnóstico-pronóstico-terapia para investigar situaciones de violencia o conflicto, metáfora que amplía su colega José María Tortosa para explicar el sentido que tiene dedicarse a la investigación para la paz.
Al igual que las enfermedades, aclara Tortosa, la violencia forma parte de nuestra historia. Sin embargo, así como se han creado especialidades para atender dolencias, necesitamos especialistas que contribuyan al bienestar social: “traumatólogos” para hacerse cargo de las víctimas, “nutriólogos” para crear alternativas a los marginados, “oculistas” para ver la realidad de otras maneras. Todos tenemos cabida en el campo de la paz y los conflictos, y podemos aportar saberes y experiencias. Tan importante como el diplomático que busca pacificar países enfrentados es aquella mujer que ofrece afecto, protección o autoconfianza a sus criaturas. Ambas labores son igualmente importantes para la paz, aclara Galtung.
Como aficionado a las matemáticas y sociólogo, Galtung utiliza herramientas de ambas disciplinas para pensar alternativas a los dilemas que enfrentaban los países en el contexto de la Guerra Fría: ¿armamento para el ataque o armamento para la defensa? ¿Paz como desmilitarización o armas para disuadir a los enemigos?
Uno de sus aportes más conocidos es el triángulo que propone para comprender las violencias, de donde derivan tres formas distintas de construcción de paz. Violencia directa es la que conocemos (muertes, asesinatos, secuestros, etcétera), a la que contrapone la paz negativa (frenar lo antes posible la muerte y destrucción). Las violencias estructural y cultural no son observables a simple vista. La estructural es aquella que se mantiene por el quehacer de las instituciones y sus leyes, y la violencia cultural está en el fondo de las formas sociales de pensar y proceder que parecen inmutables. De una y otra, Galtung formula lo que entiende por paz positiva (crear condiciones para contrarrestar las desigualdades) y por cultura de paz (transformar las verdades en las que se sostienen las violencias estructural y directa).
Sobre esta última, Galtung plantea el método Transcend para transformar y trascender violencias y conflictos, que explica en detalle en Paz por medios pacíficos (disponible en línea). Un asunto que aborda son las siete áreas o ámbitos de lo que entiende como la cultura profunda, es decir, los grandes relatos alrededor de las cuales se han organizado las culturas como formas específicas de entender lo que son el ser humano, la sociedad, la naturaleza, el tiempo, el espacio, el conocimiento y la trascendencia.
Como son tantas las opciones en cada eje, es factible plantearse la posibilidad de alejarnos de muchas de las ideas instaladas hegemónicamente para adoptar otras más humanas, justas y pacíficas. Se nos ha dicho, por ejemplo: “Si quieres la paz prepárate para la guerra” / “las mujeres son pacíficas por naturaleza” / “el tiempo es oro”... Cada consigna encierra valores y pautas de conducta que Galtung invita a trascender y transformar por medios pacíficos.
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jl/I