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Garantizar la seguridad en las escuelas

El profesor de secundaria me narraba la situación que enfrentan diario en una escuela secundaria de Zapopan. Sus problemas como directivo eran, además de los académicos y administrativos, los relacionados con la disciplina en el plantel. Alumnos que ingresaban droga y la consumían en los baños; que intercambiaban puñetazos y patadas dentro y fuera del plantel; que cargaban navajas o manoplas que esgrimían a la menor provocación; que faltaban el respeto a las alumnas y docentes; que robaban o destrozaban materiales y mobiliario; que apenas salían de la escuela eran asaltados, asediados o golpeados por pandillas de la colonia; que desobedecían cualquier llamado de atención y retaban e intimidaban a sus maestros con la amenaza de que su padre era un narco; alumnas ligadas a personajes de grupos delictivos. La violencia hervía en el plantel, situado en una comunidad violenta.

Las sanciones impuestas a los alumnos repercutían en los padres y madres de familia, que llegaban furiosos a reclamar al director. Los profesores podían entender por qué un estudiante era violento con solo conocer a uno o a dos de sus progenitores. Se trataba de parejas que mal educaban a sus hijos, que no les pusieron límites, que no les enseñaron valores como la convivencia respetuosa. El docente, que me compartía su pesadumbre en el receso de un congreso educativo organizado en Guadalajara, mencionaba que tenían que valerse por sí solos ante las olas de violencia interna que repentinamente estallaban. La Secretaría de Educación Jalisco los dejaba solos y a su suerte. Consideró que diversos planteles enfrentaban el desafío de mantener la paz interna.

La escuela dejó de ser un sitio seguro, no en todos los casos, pero sí en zonas del área metropolitana. Alumnos enfrentan violencia en tres espacios: su plantel, la calle y en su hogar.

En el caso de los planteles de la Universidad de Guadalajara (UdeG) el año pasado se reportaron 612 incidentes, de los cuales 223 corresponden a robos, 57 a extorsiones y 46 a secuestros, delitos que van al alza. De las zonas de mayor incidencia, el área del Tecnológico presenta el mayor número. “De 2016 a 2024 se han reportado 108 llamadas de extorsión y 76 secuestros virtuales; pronosticamos que 2025 será un año complicado en materia de llamadas de extorsión y secuestros virtuales, de los cuales ya registramos dos” el miércoles pasado, indicó el coordinador general de Seguridad Universitaria, Montalberti Serrano Cervantes.

Las desapariciones también amenazan los planteles. De las escuelas primarias y secundarias de Jalisco se desconoce cuántos alumnos han sido desaparecidos o asesinados. No hay estadística, ni interés. En la UdeG, de los desaparecidos han encontrado con vida 74, siguen sin localizarse 23 y seis fueron hallados sin vida.

La seguridad de los estudiantes y docentes de todos los niveles educativos de Jalisco es una prioridad. De ahí que sea relevante la propuesta de la UdeG de crear un Consejo Estatal de Prevención y Seguridad Escolar que podría, mínimo, acordar acciones, intercambiar experiencias y generar políticas públicas. Se requiere analizar, formalizar, ampliar y consolidar ese proyecto con la participación de las instituciones educativas y autoridades municipales y estatales. Prevenir también es educar.

X: @SergioRenedDios

GR