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Iconia con paciencia

La paciencia del gobierno de Guadalajara respecto a las obras de contraprestación que debe entregar el proyecto inmobiliario Iconia a la ciudad parece inagotable.

Sólo basta preguntarnos, ¿en qué negocio otorgan cuatro años de espera para que cumplan con su palabra sin obtener una ventaja a cambio? En ninguno.

El cambio de administraciones y, por consiguiente, de alcaldes es otro factor que incide en este desorden para obligar a la empresa cumplir con el contrato firmado en 2018.

También el cambio de empresas al frente de este proyecto es otra de las triquiñuelas para eludir las obligaciones y obviamente ganar tiempo porque les ha funcionado.

A los tapatíos, las autoridades municipales nos deben una explicación del porqué tanta paciencia hacia este proyecto y sus incumplimientos, incluso cuando el actual alcalde Pablo Lemus se puso firme en exigir la entrega de estas obras al inicio de su periodo, ahora que ya pasó un año también le dieron la vuelta.

El negocio no es de la actual administración, sino que es heredado, pero la actual está obligada a explicarnos cuál es el gato encerrado y, si no lo hay, entonces debería rescindir el contrato porque jurídicamente es viable.

Con esta decisión ganan los tapatíos porque recuperan parte del patrimonio y lo conservan como área verde, su vocación original, y las autoridades harán cumplir la ley y no se dejarán engañar.

Esta disputa es añeja y hay muchos intereses en conflicto; sin embargo, la evidencia señala que hay intenciones evidentes de facilitar todo a la empresa constructora cuando no son tan benevolentes con los contribuyentes, mucho menos con los morosos.

El alcalde Pablo Lemus debe dar una explicación del porqué esta larga espera con esta empresa y por qué no tienen la misma paciencia con los usuarios que deben alguna contribución al municipio y que les cobran intereses.

Este tema también se ha politizado, porque hay mucha tela de donde cortar, y ahora que se vienen las campañas el próximo año seguramente será un tema recurrente para hacer ver que las administraciones municipales, sin importar el color partidista, evitan hacer cumplir la ley con los que tienen recursos económicos.

Ahora con qué cara le pedirán al ciudadano que sea puntual en sus pagos si el gobierno municipal no se pone igual de firme con las empresas, cuando estas muestran alguna justificación o ¿tendrá que ser amigo poderoso de los políticos para tener estas prerrogativas?

Esta pregunta parece obvia o innecesaria, pero tiene su razón de ser debido a que hay tolerancia con algunas personas, pero no ha sido así con todas.

Este mal precedente pesará a las actuales y futuras administraciones, porque pese a los problemas de los anteriores gobernantes es una herencia que no han podido resolver ni han sabido cómo hacerla cumplir.

Ya pasó un año y las obras de contraprestación siguen pendientes y seguirán así aunque pasen los años, y contaremos cuáles serán las siguientes excusas para ganar tiempo mientras el proyecto inmobiliario se desarrolla para su propio beneficio.

La autoridad municipal también está obligada a explicar a los tapatíos cuáles son los beneficios que ganan con este proyecto cuando les hicieron perder un área verde.

Los regidores de oposición también están involucrados porque no han sido tan firmes en exigir el cumplimiento de este contrato; no sólo hablamos de los actuales, sino de los anteriores que, aunque suelen ser minoría, tienen toda la responsabilidad en defender el patrimonio de los tapatíos y se dieron por vencidos.

Si todos levantaran la voz al unísono y exigieran el cumplimiento del contrato deberían ser escuchados y cambiar la historia, y si no fueran escuchados hay otros medios, sobre todo virtuales, a los que podrían recurrir para hacer ruido y buscar llamar la atención, pero no es un tema prioritario tampoco para ellos.

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jl/I